¿Qué es esto?

// //


Martes 29/3/2022



Hace unos días la idea de que tenía que publicar un libro este año me golpeó la jeta bruscamente.

Dejé esa idea macerando en algún borde perdido del parietal y seguí mi vida normalmente; laburar, cocinar, limpiar, salir a tomarme una cerveza cada tanto para conocer un poco más Barcelona, restart.
El fin de semana pasado se me ocurrió que quizás llevar un manuscrito a una editorial podría ser un proceso tedioso y que sin dudas era complicado terminarlo en 2022. Por ende rebajé mis expectativas a al menos estar en diálogo con una editorial.

Dado que llevar las bytes a las letras impresas iba a ser bastante complejo, entendí que capaz esta maniobra tenía que jugarla en mi cancha; en internet.
Hace 11 años que tengo blogs, iniciativas y proyectos que no termino. Blogger se convirtió en el campito del barrio, mi teclado es una pelota desgastada pero irrompible con un huevo al costado.

Como resultado, decidí llevar dos líneas paralelas de escritura.
Una a largo plazo y otra que llene la necesidad de gratificación instantánea, pero que a su vez me ayude a construir una estructura.

Yo no sé como será el proceso creativo de otros escritores pero yo siempre elimino al menos 5 páginas de basura, perdiendo así 2 horas de redacción y edición. 
Decidí que esa basura podría ser al menos separada para reciclar, pero inesperadamente se me ocurrió la forma de compostar toda la basura que produzco:

Publiqué el siguiente post: 



De esta forma, antes de 'escribir en serio', me pongo a pelotear un ratito y caliento motores escribiendo pequeñas historias bajo la demanda de quienes interactúan con ese post. 
Estos textos cabe aclarar que se hacen desde mi teléfono y salen de un tirón. Lo más parecido a una relectura que tienen es una especie de escaneo que hago hojeando los párrafos para ver si el autocorrector no me cagó ningún modismo o lunfardo.